El Café Royalty se exhibe orgulloso en esta encantadora plaza del Cádiz mas antiguo: la Plaza Candelaria, antigua Plaza Emilio Castelar. Un emblemático y elegante espacio muy visitado en la época por la alta burguesía gaditana.
El empresario gaditano Gómez Doreé abre sus puertas en 1912, festejando el centenario de Las Cortes de Cádiz de 1812. Gracias a su suntuosa decoración, exquisitos productos, su servicio esmerado y conciertos todas las noches, se convierte rápidamente en el café más visitado de la ciudad. Literatos, intelectuales, políticos, músicos y artistas hacen del café un espacio con un ambiente variopinto y único. A él acuden figuras internacionales tan ilustres como el gran compositor gaditano Manuel de Falla, quien deleitó al público con sus conciertos.
En los años treinta, en vísperas de la Guerra Civil Española, Café Royalty decide cerrar sus puertas. Ya en la postguerra de los años cuarenta, se convierte en almacén y poco después en bazar, comenzando su decadencia y quedando en el olvido durante las siguientes sietes décadas.
En el año 2008, Ricardo de la Serna Viguera y su mujer Ana Dolores Martin Fernández compran el establecimiento y deciden restaurarlo minuciosamente, para devolverle así el esplendor de antaño y recuperar la marca Café Royalty.
La familia de la Serna Martín, después de una meticulosa investigación, reúne a un grupo de artistas y restauradores, que emplean las mismas técnicas y materiales que se usaban a principios del siglo XX. Llevan a cabo un largo proceso de restauración, siendo siempre fieles a la Historia y cuidando hasta el último detalle la decoración original de 1912.
El Café Royalty, en el año 2012 y en pleno Bicentenario de las Cortes de Cádiz, reabre sus puertas a todos los gaditanos y visitantes de la ciudad, con la intención de volver a ser un símbolo de calidad y armonía para sus clientes y un orgullo para la ciudad, tal y como lo fue cien años atrás.
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